Guillermo Villalobos

De torso rebosante sobre el agua, brazo derecho flectado y labios abiertos, inspirando aire, Guillermo Villalobos apareció en la revista Estadio el 19 de febrero de 1949, acompañado del titular “Otro pilar para la recuperación”. Con 18 años de edad, el autor del artículo, Pepe Nava, lo presentaba como una esperanza joven proveniente de las playas del Norte de Chile, luego de describir la técnica de su nado y llegando a señalarlo como una de las “dos mejores promesas del momento actual”.

La primera vez que el cuerpo de Guillermo Villalobos apareció en el corpus de obra de Eugenio Dittborn fue en el año 1977, en el catálogo Final de pista. Solapado bajo tinta plateada, camuflado entre otras dos imágenes bajo un texto y apenas resaltando sobre la palidez del couché, el nadador asoma desde la parte superior de la página, hacia el fondo. Dos años después, en 1979, la imagen de Villalobos y el texto que acompaña su fotografía fue reproducida por Dittborn de manera íntegra en una de dos de las páginas de Estrategias y proyecciones de la plástica nacional sobre la década del ochenta. Allí, alojado en tinta azul sobre papel roneo, el nadador aparece enfrentado: hacia la izquierda la imagen sin intervenir, y a la derecha sobrepuesto bajo tres enunciados mecanografiados por Dittborn, al filo de un nuevo decenio: “a todo lo largo de la década del ochenta el ademán inútil de guillermo villalobos”, “A TODO LO LARGO DE LA DÉCADA DEL OCHENTA LA ETERNIDAD INCONCLUSA DE SU CUERPO IMPRESO”, “a todo lo largo de la década del ochenta el transcurso inmóvil de su tránsito. (a todo lo largo de la próxima década el tránsito inconcluso de su perdición)”. 

Finalmente, de manera similar, la imagen fue vuelta a reproducir en 1981, apareciendo en el anverso de dos páginas contínuas, anilladas en la Re-edición Final de pista y Estrategias y proyecciones de la plástica nacional sobre la década del ochenta. 

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