Nadador suplemento Rumbo

Inspirando una bocanada de aire, el nadador de estilo mariposa apareció impreso por primera vez en el número 163 del suplemento Rumbo, publicado por el diario La Tercera de la Hora el 25 de mayo de 1982. Sin nombre, referencia ni indicación de su lugar de origen, probablemente encontrado en un eterno banco de imágenes, el deportista fue inserto en la página de la publicación semanal, a modo de ilustración de un cuestionario que buscaba responder a la pregunta “¿Qué deporte practicar?”. 

La primera vez que Eugenio Dittborn utilizó la imagen de este nadador fue en la obra Un día entero de mi vida. El primer lugar donde este trabajo encalló fue en la V Bienal de Sydney en 1984, junto a las demás obras que constituyeron el envío chileno a dicha ciudad. En ese primer periplo, el nadador atravesó el océano mediante cuatro fotoserigrafías impresas en el reverso de módulos de acrílico transparente, aprisionados a grandes paneles de masonita y pigmentados con trazos o “palotes” de pintura a mano alzada. Entre ambas superficies paralelas, acariciando la humedad del torso levantado sobre las aguas, descansan las pálidas tiras de algodón que Dittborn introdujo. 

Unos centímetros más abajo, contrasta la sequía del dibujo de la Momia del Cerro El Plomo, elaborado por la antropóloga Grete Mostny en 1954. La oposición entre el nadador y la momia asoma: un rostro vivo, que inspira aire y se yergue sobre la fluidez de las aguas, mira en posición contraria al de otro que se cierra, expira y cae sobre la aspereza del fondo. Entre los extremos de cada imagen y la holgura de su separación, Eugenio Dittborn hizo comparecer sus lejanías y distancias en un solo lugar: Un día entero de mi vida.
Dicho trabajo –de grandes dimensiones y materiales rígidos y pesados– fue el último que Dittborn elaboró antes de zambullirse de lleno en el formato aeropostal, y en la levedad de sus papeles, pliegues y sobres contenedores que viajan por correo alrededor del mundo, contrarios a la dificultad que trajo el traslado y montaje de Un día entero de mi vida en Australia. No obstante, al alero del periplo de su traslado y vuelta a Chile, se produjeron documentos, catálogos y carteles de distintas exhibiciones de la obra, donde la imagen icónica de su rostro se replicó por distintas superficies y dimensiones de cada soporte, a lo que luego también se agregaron aeropostales con su rostro.

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